Ayer vino Tita a dibujar.
Trajo alfajores cordobeses (de córdoba de verdad). Acomodó por color unos lápices que había en un frasquito, y nos pusimos a dibujar.
Nos distraíamos con el ruido de las patitas de mi perro, que a cada rato pasaba cerca, pero nunca se decidía a entrar al taller.
Pueden ver más sobre Tita en su
flickr.
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