La tarde más calurosa del verano dibujamos con Sofía Wiñazki, Guada Ortega Blasco y Juan Dolhare.
Teníamos dos ventiladores y té helado que nunca terminaba de enfriarse.
Hicimos un recreo para comer y tomar una cerveza en el balcón. En la casa de enfrente había una paloma gigante que no se movía y parecía una escultura.
¡Bonito resultado!
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